En estos últimos días hemos comenzado las obras de una nueva vivienda unifamiliar para un cliente.
La vista del solar al desnudo con el terreno en cota de cimentación, antes de verter el hormigón de limpieza, me provoca la siguiente reflexión:
Lo que puede parecer una escena sencilla, en realidad representa un paso crítico en el proceso constructivo: la elección de la cimentación adecuada al suelo y a la obra.
Antes de verter el hormigón, es crucial realizar un análisis exhaustivo del suelo. Este análisis considera factores como la composición del suelo, su capacidad de carga y su nivel freático. Con esta información podemos determinar el tipo de cimentación más adecuado para cada caso y garantizar la estabilidad y durabilidad de la estructura.
Desde zapatas corridas hasta pilotes, la selección de la cimentación es una decisión técnica que influye directamente en el éxito a largo plazo del proyecto. Un análisis cuidadoso del suelo nos permite construir sobre una base sólida, asegurando que la estructura permanezca firme y resistente frente a las fuerzas del tiempo y la naturaleza.
En resumen, esta imagen nos recuerda la importancia de realizar un análisis riguroso del suelo en el proceso constructivo. Es un paso fundamental que garantiza la seguridad y estabilidad de las edificaciones, sentando las bases para un proyecto exitoso desde el principio.